Mi ruta favorita para desconectar (y no está en una guía)

No tiene estrellas en TripAdvisor ni hashtags en Instagram, pero me devolvió algo que hacía tiempo había perdido: el silencio dentro de mí.

Hay rutas que te recomiendan todos. Y luego están esas que encuentras sin buscarlas.
Caminos que no estaban en tus planes, pero se cruzan contigo… y te cambian.
La mía está en el norte de Portugal, entre viñedos y colinas suaves, entre el río Duero y pueblos que no tienen prisa.
Y sí, fue ahí donde aprendí a desconectar de verdad.



🗺️ Cómo la encontré (sin buscarla)

Estaba viajando por Oporto cuando alguien local me dijo:
“Si necesitas parar, vete hacia el valle. Ahí todo es más lento.”
No encontré mucha información, pero tomé un tren a Peso da Régua… y ahí comenzó todo.
Sin guía, sin mapa, solo un sendero entre vides.



🌿 Lo que (no) pasa en esta ruta

– No hay multitudes.
– No hay wifi constante.
– No hay grandes monumentos.
Pero hay:
– Señoras que te saludan al pasar.
– Perros dormidos al sol.
– Uvas que puedes comer con la mano.
– Aire que huele a tierra mojada y a calma.
Y hay tiempo. Mucho. Y del bueno.



🧘 Por qué fue mi desconexión real

Porque no era un retiro planificado.
Porque la lentitud no era una actividad, era el ritmo del lugar.
Porque los días se medían por amaneceres, no por checklists.
Y porque después de tanto movimiento mental, encontré una caminata en la que no tenía que demostrar nada. Solo estar.



🥾 Lo que necesitas para hacerla

– Ropa cómoda.
– Una libreta (por si las ideas aparecen).
– Agua.
– Ganas de perder el control.
Y nada más.
Ni app. Ni guía. Ni expectativas.



🧭 Conclusión: no todas las rutas están hechas para encontrarse… algunas están hechas para encontrarte a ti

Mi ruta favorita no está señalizada.
No tiene nombre en los blogs.
Pero cada vez que necesito desconectar, cierro los ojos… y vuelvo allí.
Y eso, para mí, es un verdadero viaje.

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