Visita Marte sin salir de España
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Sin duda que presentar a Marte como destino turístico sería una revolución, y todos me tomarían por loco. Por supuesto que esto no está al alcance de ninguna compañía que se dedique al turismo, pero apuesto a que más de uno gustaría de conocer este planeta.
Es a ellos a quienes me dirigiré en esta ocasión. Como si fuera una embajada del planeta rojo, en la isla española de Lanzarote se ubica el Parque Nacional de Timanfaya, lugar que presenta asombrosos paisajes volcánicos que se asemejan a los paisajes de Marte y que tienen una historia por contar.
En 1730, una erupción volcánica impresionante engullió nueve pueblos que habían echado raíces en Lanzarote, y durante seis años la lava se fue propagando por la zona, haciendo imposible que fuera nuevamente habitada. En el año 1824 otra erupción —esta vez menor— sentenció al lugar a ser un paisaje volcánico, repleto de lava petrificada y rocas con singulares formas.
Timanfaya fue declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera en el año 1993. Los singulares paisajes volcánicos que el turista puede visitar resaltan por sus colores rojizos y negros, y por la majestuosidad y sensación de asombro que producen en quienes los contemplan.
El parque puede visitarse montado en camello, en coche o dentro de un autobús. Los autobuses salen cada diez minutos a recorrer el parque.
Sea mediante el medio de transporte que fuere, el visitante podrá contemplar maravillado las cuevas volcánicas, los cráteres, los volcanes inactivos y las curiosas formas que adoptaron las rocas al petrificarse la lava.
El recorrido de Timanfaya es algo asombroso. Realmente produce la sensación de que uno se encuentra en otro planeta, o en otra era geológica. Este aditivo contribuye a hacer más disfrutable el recorrido del parque, que, sea como sea, no va a dejar de asombrar a los turistas.
